EL
MUNDO
27 julio
2016
Ana Cabanillas
El alzhéimer cumple 110 años desde que fue descrito por primera
vez por
El
también alemán Erwin Neher,
que obtuvo en 1991 el Premio Nobel de Medicina por sus investigaciones en el
campo neuronal, ha asegurado esta mañana que la investigación de esta
enfermedad es un "camino largo" y que las terapias tardarán en
llegar, puesto que la investigación básica que precede al tratamiento es un
"camino lento" que puede durar "décadas". Así, ha
descartado que puedan desarrollarse fármacos en un futuro cercano dirigidos a
curar o retrasar la aparición del mal de Alzheimer, y ha calificado de
"especulaciones" los anuncios lanzados en este sentido.
El
profesor, que ha participado en la XV Escuela Internacional de Farmacología
Teófilo Hernando, dedicada al Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas
y organizada por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, ha destacado que
"el público espera una solución para mañana, espera fármacos y nuevas
terapias, pero la investigación básica es lenta, donde hay varios
investigadores que generan conocimiento". Esta fase primaria, que puede
llevar "décadas", permite que "en un punto dado, ese
conocimiento llegue a ser suficiente para que se pueda llegar a una
solución", aunque el cómo y el cuándo no lo sabemos exactamente".
La
investigación por la que Neher fue galardonado fue el
descubrimiento de la técnica Patch-clamp, que permite
detectar las corrientes que fluyen entre los neurotransmisores e investigar las
conexiones celulares. Así, Neher destacó que esta investigación
básica es la que permite "entender el funcionamiento" de las neuronas
y así resolver el "misterio" del cerebro. "Es como trabajar en
un puzzle, donde de vez en cuando encuentras una pieza y nunca sabes cuándo vas
a encontrar una pieza importante", ha relatado.
El
Nobel de Medicina ha asegurado en este sentido que "hay nuevos enfoques
hacia los posibles fármacos que podrían curar la enfermedad, pero son sólo
especulaciones". En su opinión, las nuevas tecnologías y las
investigaciones paralelas en distintos países, como el Human Brain Proyect de Estados Unidos.
"Se están diseñando herramientas que permiten conocer mejor los mecanismos
del Alzheimer", señaló.
Antonio
García García, director de la Escuela y jefe del
Servicio de Farmacología Clínica del Hospital Universitario de La Princesa, ha
resaltado que "a finales de los setenta, cuando ya sabíamos que la
enfermedad era muy complicada, se pensaba que para el 2010 tendríamos un
fármaco que retrasaría la enfermedad", ha destacado. Así, ha reseñado que
no hay fármacos porque "primero hay que entender los principios básicos de
la enfermedad", y ha asegurado que "ahora mismo hay 100 ensayos
clínicos con una treintena de moléculas nuevas" en los que "las
farmacéuticas están invirtiendo cantidades astronómicas".
Neher ha destacado
una de las principales líneas de su investigación: la muerte celular.
"Sabemos que las neuronas mueren y que existen diferentes
mecanismos", ha apuntado, "pero mucho antes de la muerte de la célula
hay unos cambios que se observan en la actividad del cerebro, tanto en personas
como animales", ha resaltado.
El
director del curso ha destacado las líneas más prometedoras en la investigación
del Alzheimer. "Los avances que más esperanzas despiertan son los
anticuerpos monoclonales o la inmunoterapia". Al Alzheimer, explicó
García, se le asocia la aparición en el cerebro de "placas" de amiloide beta, que es considerada "una de las
patologías principales". La investigación a la que se refirió
"barrería" estas placas, "con la esperanza de que mejore la
cognición y la sintomatología".